…Admirador Secreto…
Cáp. 2 – Brownies.
A la mañana siguiente me desperté con mucho frio, noté que había llovido toda la noche por que se veía todo mojado desde la ventana, sin más remedio decidí entrar a bañarme con agua muy caliente, tal vez eso me quitaría el frio, y lo hizo… por un rato.
Cuando ya estuve bañado, vestido y arreglado, bajé a desayunar algo, mi madre estaba en la cocina y ya había hecho mi desayuno.
—Cariño, te voy a recoger al colegio, parece que estos días va a seguir lloviendo como ayer —comentó mientras desayunaba.
—Gracias por preocuparte mamá pero tengo una sombrilla en la maleta.
—Está bien que tengas una sombrilla pero igual llegarías muy mojado mientras llegas a la casa.
—Mamá, sé arreglármelas solito, no te preocupes, sé que te queda difícil salir del trabajo para recogerme y volver a trabajar, deja que yo me encargue de eso ¿Está bien? —ella sabía que yo tenía razón así que no discutió más sobre el tema.
Terminé mi desayuno, me lavé los dientes y cogí mis cosas, me despedí de mis padres y salí de mi casa. Empecé a caminar.
El día estaba tan frio que podía ver mi respiración en el aire, esperaba que caminar me calentara al menos la nariz.
—Oye belleza, ¿Quieres que te lleve? —“¿Quién es el estúpido que se atreve a decirme “belleza”? me di media vuelta para responderle a esa voz, cuando me encontré con YooChun en su moto que ahora empezaba a reír al ver mi cara.
—¡Eres un tonto! —creo que su risa me contagió—, la próxima vez que me llames así, te dejaré mi mano marcada en tu hermosa mejilla, y no querrás saber lo que es eso.
—Muy cierto, pero por ver tu cara valió la pena —siguió riendo—. Ven, sube que llegaremos tarde —. Me pasó el chaleco y casco que usé ayer, a veces pienso que él intenta protegerme de todo, y me gustaba sentirlo así, me subí pronto a la moto para abrazarlo, sabía que dejaría de sentir frio sí lo hacía—. TaeMin me contó que ya tienes una forma de responderle a tu “poeta enamorado” —era la segunda vez que YooChun se refería a mi admirador secreto de ese modo.
Arrancó la moto, lo abracé más fuerte.
—Si, voy a pegar mi respuesta en la puerta de mi locker así el sabrá que es para él, la idea fue de TaeMin.
—Cuando a mi primo se le ocurren ideas, nunca son malas —comentó, no volvimos a hablar hasta llegar al colegio, era un poco complicado hablar con el ruido de la moto y un casco en la cabeza.
En el momento en que YooChun estacionó fácilmente su moto me bajé y le devolví el casco y el chaleco, me despedí de él y tomé la nota en la mano; quería pegarla rápido para poder leer otra nota de mi admirador secreto, pero antes de poder avanzar YooChun me detuvo.
—Junsu —me di media vuelta para mirarlo—. Parece que YunHo necesita hablar contigo —me señaló a YunHo que ya venía caminando hacia mi desde el estacionamiento.
—¡Hay no! —exclamé.
—¿Qué pasó? —preguntó YooChun.
—Creo que de alguna forma JaeJoong se enteró que yo hice que YunHo se le haya declarado.
—¿Por qué lo dices?
—Porque JaeJoong no está caminando al lado de YunHo y supuse que desde que están juntos no se despegarían para nada.
—Oh! Entonces… espero que sobrevivas.
—Gracias YooChun —y fue él el que se fue para dejarme hablar con YunHo a solas.
—Hola Junsu —saludó YunHo cuando ya se encontraba cerca.
—JaeJoong lo sabe ¿Verdad?
—Sí, estoy bien, Gracias por preguntar —evadió el tema.
—YunHo, ¡dime ya si lo sabe o no!.
—Así que YooChun y tú ¿Eh?
—Si, YooChun y yo somos AMIGOS —acentué la última palabra— Deja de evadir el tema, ¿JaeJoong lo sabe?
—¡Diablos, si!
—¡Pero si te dije que no se podía enterar!, y ¡tú prometiste que no le dirías nada a nadie! —entonces me callé, porque YunHo empezó a reír, ¡rayos! Era una broma—. ¡Ahora entiendo por qué te llevas tan bien con YooChun! Creo que era imposible no hacer que fueran amigos, y no es gracioso ese tipo de bromas —traté de fingir seriedad. Aunque realmente me sentía indignado.
—Lo siento Junsu, pero es que siempre caes en todo lo que te hacemos YooChun y yo, además tu cara es divertida —dijo y siguió riendo, YooChun había dicho lo mismo.
—Ya es oficial —dije.
—¿A qué te refieres?
—A que yo acabaré contigo, y tal vez después con YooChun.
—Junsu ¡tienes que venir conmigo ahora! —no sé en qué momento TaeMin había llegado hasta mí y ahora me halaba de la mano hacia el laboratorio de química, YunHo se salvó.
—Espera —lo detuve a mitad de camino—. Dime qué es lo que pasa.
—Es tu admirador secreto.
—¿Puedes ser más específico?
—Te envió otro regalo y una nota…
Cuando entramos al laboratorio, había 2 chicos hablando a la entrada del salón y un grupito pequeño de otros más estaba al otro lado de la entrada. Noté un pequeño regalo, estaba abierto. Miré a TaeMin para saber si era ese.
—Lo siento por no poderme contener pero, no pude aguantar a decirte y lo abrí —Ok, admito que TaeMin no es el rey de la paciencia.
Terminé de abrir el regalo… era un Brownie de chocolate, creo que era de los recientemente horneados porque olía como tal.
—¡Lee la nota! —dijo TaeMin, la tomé de sus impacientes manos.
“¿Te gustó la orquídea que te regalé? Hoy parece que tus labios están tan dulces que pensé que un Brownie recién horneado sería perfecto para endulzarlos aún más, espero que lo disfrutes.”
Otra vez sin firmar, ¡Dios! Creo que enloquecería si no sabía pronto quién me regalaba estas cosas, y si no fuera por TaeMin, seguiría pensando en eso.
—¡Qué lindo! ¿No? —TaeMin siempre fue muy expresivo—, ¿imaginas quién puede ser?, es decir no conozco a ningún chico que te conozca que sea así de lindo como te describe en estas notas —eso me hizo pensar.
—TaeMin, ¿No crees que es raro que justamente sea en el laboratorio donde mi admirador secreto me envió el Brownie?, es decir, la primer clase del día tengo química, y es justamente a la hora y el lugar donde el me deja esto para mí… creo que mi admirador secreto es alguien cercano a mí —Extrañamente, TaeMin no dijo nada, entonces supuse que él sabía algo, era raro que no opinara nada— Tú sabes algo —no fue una pregunta.
—No, no sé nada —su respuesta fue cortante. Bastante raro si es el TaeMin que conozco de siempre—. Y si lo supiera creo que no te lo diría.
—¡Lo sabes! —ahora estaba seguro de eso.
—¿Qué te hace pensar eso? —evadió mi conclusión.
—Pues que estás actuando raro, y eso me hace pensar que sabes más de lo que creo que sabes, además ahora que lo pienso más a fondo, fuiste tú el que sabía dónde estaba esto —señalé la nota y el Brownie— ¡dime lo que sepas, por favor!, ¡dime quién es el que me regala estas cosas!
—¡No Junsu! No pensé que llegaras a esa conclusión tan pronto, pero ahora que lo hiciste, no pienso decirte lo que sé por qué quiero… queremos que seas tú el que se dé cuenta de todo —no dijo más cosas, porque un inconfundible sonido anuncio el inicio de clases, entonces él se fue a literatura, y quedé con las ganas de saber lo que TaeMin sabía.
TaeMin me había evitado todo el día, así que decidí que a la hora de almuerzo iría a hablar con él así no quisiera, sabía que cuando TaeMin se proponía no hacer algo, lo cumplía y sería difícil conseguir que me dijera algo si ya había dicho que no; entonces pensé que estar así con él no nos beneficiaba a ninguno de los 2, además que no me sentía bien ahora que me evitaba; entonces lo encontré sentado en una mesa lejos de mí. Me dirigí enseguida hacia él, decidido a arreglar las cosas.
Yo aún no había pegado mi respuesta en la puerta de mi locker porque una idea mejor se me había ocurrido para hacerle llegar eso a él.
—Esa manzana debe saber muy bien —comenté cuando estuve enfrente de la mesa en la que él estaba. Me miró y cuando vi que se iba a parar de donde estaba lo detuve—. No, espera —me senté al lado de él—, no estoy aquí para decirte eso, no quiero estar enfadado contigo, sólo quiero que volvamos a ser los mismos amigos de siempre ¿sí?
—¿Vas a seguir insistiendo en que te diga algo sobre tu admirador secreto? —preguntó.
—No, sé que no me vas a decir lo que sea que sepas de mi admirador secreto, así que no te pediré que me lo digas. Ahora, ¿Podemos volver a ser los mismos amigos y olvidar que sabes algo?
—¡Claro que sí!, es lo mejor que me has dicho hoy —se empezó a reír, volvía a ser él.
—¡Oye! —dije pero me uní a su risa—, ¿Puedo pedirte un favor?
—Depende de qué tipo de favor.
—Es solo que le entregues esto a él —le di la nota.
—¿A tu admirador secreto? —asentí. Él tomó la nota y la guardó— está bien —dijo, entonces llegaron YunHo y JaeJoong.
—Hola chicos! —saludó YunHo, JaeJoong siguió el saludo y se sentaron en las sillas de al lado alrededor de la mesa, YooChun se había detenido por que YooHwan, uno de los tantos enamorados de YooChun y que no perdía oportunidad para coquetear con él, le estaba diciendo algo.
Creo que las ganas de comer algo se me habían ido, y no sé qué fue lo que hizo que imaginara a YooHwan calvo, sabía que él lo que más cuidaba era su cabello, entonces sonreí mentalmente al imaginarlo sin su “sedoso cabello rubio”, fue un pensamiento demasiado infantil para mi edad, ¿verdad?, traté de olvidarme de eso.
—Así que te llegó otra nota de tu admirador secreto ¿Eh? —comentó JaeJoong, no recordaba haberle dicho sobre él.
—No sólo otra nota, le regaló un Brownie —dijo TaeMin.
—Sí —confirmé lo que dijo TaeMin— ¿Cómo sabes lo de mi admirador secreto? —le pregunté a JaeJoong.
—No hay nadie que no lo sepa —dijo YunHo.
—¡Wow!, ¡qué rápido vuelan las noticias! —hablaba más para mí mismo que para ellos.
—¿Me perdí de algo? —YooChun llego a nuestra mesa, se sentó a mi lado.
—Estábamos hablando del admirador secreto de Junsu —dijo YunHo rápidamente—. Ésta mañana Junsu encontró otra nota.
—Hmm, Suena bien —por un momento demostró repentino interés por el tema.
Esas actitudes eran las que me confundían. Es decir, no sabía si era la actitud de un amigo que le interesa lo que pasa con los demás o que mi imaginación volaba mucho y esperaba que fuera interés por quererme sólo para él.
No volvió a hablar sobre el tema, no supe que pensar.
TaeMin empezó a hablar con YunHo y JaeJoong sobre su nueva relación, entonces YooChun me miró, y se agachó un momento.
—¿Qué es lo que haces? —no pude ver lo que hacía, entonces la atención de todos estuvo puesta en YooChun.
—Espera un momento —me dijo él, y en menos de un minuto volvió a quedar sentado. Noté que tenía las manos cerradas en puños y entonces las puso enfrente mío— Atrapé un diablito con cola amarilla y cuernos verdes, ¿En qué mano está? —me preguntó.
—No lo sé.
—Piénsalo por un momento —me dijo y detallé cada una de sus manos.
—Esté en tu mano derecha.
—¿Seguro?
—Mmmm ¡sí! —me quedé mirando sus manos, entonces al abrirlas noté que no había nada, y no fui el único en notarlo porque todos miramos a YooChun como en forma de interrogación.
—¡Es increíble que aun creas en esas cosas! —dijo y empezó a reír. YunHo, JaeJoong y TaeMin se unieron a sus risas.
—¡Eres un tonto! —aunque intente fingir indignación, terminé riéndome con ellos.
—Nunca me cansaré de hacerte bromas, porque nunca sospechas de mis intenciones; además tu cara después de cada broma es la que hace que valga la pena volver a hacerte otra broma más —siguió riendo.
—Ok, ya entendí lo que quisiste decir —seguí riendo igual—, ¡no más ingenuidad de parte mía! —nunca se me ha dado ser dramático pero no pierdo nada con intentarlo, aunque lo había dicho entre risas.
—¡No! —dijo él, con mi mismo tono dramático fingido—, eso es lo que más me gusta de ti, y lo que más te hace tan “tu” —Wow, y esos comentarios son los que hacen que me derrita más por él, espero que no sea tan notorio.
Creo que el que YooChun me lleve a casa, se iba a volver una costumbre para mí, sé que YooChun vive mucho más lejos que yo del colegio así que esperaba que él no se aburriera de llevarme a casa, porque yo me empezaba a acostumbrar mucho a eso.
—TaeMin dijo que hoy ese chico te regaló un Brownie y te dejó otra nota —dijo cuándo detuvo la moto al frente de mi casa.
—Sí, así es.
—Y también dijo que le diste tu respuesta para que se la entregara a él.
—Bueno, eso también es cierto. Resulta que descubrí que TaeMin sabe algo de él o de pronto quién es él, pero sé que no me lo dirá, así que trato de tomar esa información a mi favor. No espero que me diga lo que sabe pero sí que le entregue lo que yo le escribo.
—Es una decisión inteligente.
—Lo sé —le sonreí.
—¿Puedo preguntarte algo?
—Sí, claro.
—¿Qué te escribió? —me gustó que lo preguntara, ¿esa pregunta insinuaba algo?
—¿Sabes?, prefiero que guardes tu pregunta y que te quedes con la intriga, tú me has hecho muchas bromas, ahora es mi turno de vengarme de este modo —me reí de mi pensamiento.
—Está bien, no insistiré, con una condición —no esperó a que yo aceptara—. El sábado iremos a patinar sobre hielo, yo pasare por ti.
No me negué a salir con él, entonces lo vi dedicarme una de sus sonrisas matadoras antes de irse. Esperaba que llegara el fin de semana más pronto que de costumbre.
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